La liraglutida (Saxenda), la semaglutida (Ozempic y Wegovy), la tirzepatida (Mounjaro) son principios activos originalmente destinados al tratamiento de la diabetes tipo 2. Como efecto secundario producen pérdida de peso, lo que los ha convertido en objeto de deseo de muchos usuarios que quieren adelgazar. Los cuatro están disponibles en España pero por ahora ninguno está financiado por la sanidad pública para la pérdida de peso.
¿Has oído hablar de las inyecciones para adelgazar? Estas inyecciones, en realidad, son medicamentos, originalmente, destinados para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y forman parte de una familia de medicamentos conocida con el nombre de análogos de la GLP-1.
Análogos de GLP-1 contra diabetes tipo 2 y para perder peso
Dentro de esta familia hay comercializados en España cuatro principios activos diferentes: liraglutida, semaglutida, dulaglutida y tirzepatida. Liraglutida es de administración diaria mientras que los otros tres se deben administrar tan solo una vez a la semana.
Cada uno se comercializa con sus propios nombres comerciales, todos requieren de prescripción médica y todos están autorizados para el tratamiento de la diabetes tipo 2 (DM2) ya sea como único fármaco (en monoterapia) o acompañado de otros antidiabéticos o insulina.
No todos autorizados para perder peso
De todos ellos, tres están además autorizados para la pérdida de peso:
Para adelgazar: Saxenda, Wegovy y Mounjaro
Estos medicamentos se administran vía inyección subcutánea mediante plumas precarcagadas. Pero, en el caso de la liraglutida y la semaglutida, las dosis necesarias para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la pérdida de peso, son ligeramente diferentes. De ahí que los dispositivos y marcas sean distintos según el propósito para el que se vayan a usar.
Son ejemplos de casos con el mismo principio activo, pero usos distintos. En resumen:
¿Cómo funcionan las inyecciones para adelgazar?
Estos medicamentos imitan el funcionamiento de una hormona, la GLP-1, que se secreta a nivel intestinal cuando ingerimos comida y cuya función más importante es regular los niveles de otras dos hormonas implicadas en el control de la glucosa en sangre: la insulina y el glucagón. La GLP-1 actúa aumentando los niveles de insulina y disminuye los niveles de glucagón, lo que se traduce en una disminución de los niveles de azúcar en sangre. De ahí que estos principios activos se usen para el tratamiento de la diabetes tipo 2.
Perder peso, un deseable efecto secundario
Además, se ha visto que retrasan el vaciado gástrico y generan sensación de saciedad, con lo que, en mayor o menor medida, dependiendo del principio activo, estos medicamentos ayudan a perder peso. Precisamente, el comprobar que los pacientes diabéticos tipo 2 tratados con este tipo de medicamentos perdían peso es lo que ha llevado a algunos laboratorios a investigar más el potencial de estos medicamentos.
El problema del desabastecimiento
La popularización de estos medicamentos como herramienta para perder peso ha generado y genera problemas de suministro en casi todos ellos. Actualmente sufren problemas de suministro Ozempic, Saxenda, Victoza y Trulicity.
Para acotar el problema de la falta de estos tratamientos para los pacientes diabéticos tipo 2, la Agencia Española de Medicamentos (AEMPS) recuerda que se debe priorizar el uso de estos tratamientos para las condiciones en las que estén autorizados, es decir que, salvo Saxenda, Wegovy y Mounjaro, estos medicamentos deben reservarse para el control glucémico de los pacientes con diabetes tipo 2.
OCU pide financiación (con criterio)
Dada la enorme problemática que supone el sobrepeso, algunos países han empezado a financiar Wegovy y Saxenda dentro de su sistema público de salud. Es el caso, por ejemplo, de Reino Unido, que financia estos medicamentos, junto con un régimen de dieta baja en calorías y aumento de ejercicio físico, solo para los casos más graves, los que presenten:
Un IMC igual o superior a 35 o, excepcionalmente, igual o superior a 30.
Desde OCU pedimos que, al igual que en Reino Unido, en España se establezcan criterios para la financiación de estos medicamentos que permitan el acceso a los pacientes de mayor riesgo. Desde nuestro punto de vista no tiene sentido que el Sistema Nacional de Salud financie medicamentos para el tratamiento de otros reconocidos factores de riesgo como son el tabaquismo, la presión arterial, el colesterol y la diabetes, y no financie el tratamiento de la obesidad.
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