Desde la adopción de la Directiva sobre electricidad 2009/72/CE, que tenía como objetivo que los mercados de la energía funcionaran correctamente al optimizar la separación entre suministradores y productores de energía, y que incluía normas para fortalecer la independencia y competencias de las autoridades reguladoras nacionales, y beneficiar a los consumidores, hemos sido testigos de un cambio radical en el mercado eléctrico.
Esta normativa ya obligaba a la instalación de contadores inteligentes. Sin embargo, Europa ha dado un paso adelante. Ahora, el Reglamento de Ejecución (UE) 2023/1162 de 6 de junio de 2023 de la Comisión, busca asegurar que la información de estos contadores sea realmente útil para el consumidor final y, desde Feníe Energía, lo vemos como una oportunidad para fortalecer la relación entre consumidores y proveedores de energía, como nosotros.
La nueva implementación de esta normativa nos dará la oportunidad de repensar aspectos muy importantes, como quién debe ser el propietario del contador, el encargado de realizar la lectura, de almacenar los datos medidos y quién debe tener acceso a las lecturas de cada contador.
En nuestro país, actualmente, las empresas distribuidoras de energía son las propietarias de la red que llega hasta los domicilios de los consumidores y, casi siempre, también de su contador, llevando a cabo su lectura y envío a las empresas comercializadoras como Feníe Energía para que estas puedan, a su vez, emitir las facturas a los consumidores. Este sistema supone que hay cientos de empresas distribuidoras que facilitan datos a cientos de empresas comercializadoras.
Reinventando la gestión de datos: centralización como punto de partida
En este sentido, la nueva regulación supone una valiosa oportunidad para avanzar hacia un modelo de acceso al dato más centralizado, es decir, que haya un único encargado de organizar el acceso a las lecturas entre las distribuidoras y los distintos actores que deben tener acceso a ella. Este cambio en la estructura del mercado tendría muchas ventajas y facilitaría la transición energética.
Entre sus ventajas, por un lado, se disminuiría el coste. Con la normativa actual, hay 500 comercializadoras que reciben lecturas de 300 distribuidoras, lo que supone un máximo teórico de 150.000 relaciones entre distribuidoras y comercializadoras. La centralización propuesta minimizaría estas interacciones a unas 800, conectando cada distribuidora y comercializadora con un único punto de agregación de datos.
Por otro lado, se facilitaría el acceso al dato al consumidor. Desde una misma web y no desde 300 portales, se tendría acceso a los 30 millones de contadores. Eso permite que el gobierno o IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), realicen una labor de divulgación y formación sobre cómo acceder a los consumos horarios y que la información llegue con fuerza al consumidor.
Además, en un mercado en transición, la centralización permitiría a los reguladores y operadores supervisar y controlar lo que ya sucede, con una anticipación de las sorpresas que desconocemos y están por venir. La CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) podría controlar que las lecturas se realizan en tiempo y forma. De igual manera, REE (Red Eléctrica de España) podría perfeccionar sus métodos de previsión y gestión de la red eléctrica, mientras que la OMIE (Operador del Mercado Ibérico de Energía)ganaría capacidad para identificar de manera más ágil cualquier irregularidad en el mercado mayorista.
Por último, se facilitaría el desarrollo de la participación de la demanda en el mercado y nuevos modelos de negocio como los gestores de comunidades energéticas o agregadores de demanda que deben tener acceso a la medida de consumidores. Esta centralización evita la gran barrera de entrada de conectarse a cientos de distribuidoras.
Las propias distribuidoras, conscientes del problema, ya han realizado una web centralizada similar, llamada Datadis pero, en un sector con tantos actores, es necesario que la regulación organice quién hace cada cosa y cómo. De otra manera podremos avanzar, pero con el freno de mano echado porque siempre habrá inseguridad, falta de inversión en mejorar el sistema o actores que no participen en el mismo.
La clave de la utilidad de los contadores: celeridad en la entrega de datos
El otro aspecto para que los contadores sean realmente útiles tiene que ver con la celeridad en la entrega de datos de contadores.
Actualmente, en España, hay un desfase de dos a tres días entre el momento del consumo y la entrega de datos horarios de los contadores por parte de las distribuidoras tanto a consumidores como a comercializadoras. Con la nueva normativa, se persigue que sea en tiempo cuasirreal, y define cuasirreal como segundos o como mucho 15 minutos (periodo de liquidación). Esta agilidad no solo es esencial para la eficiencia del sistema, sino que también fomenta la participación activa en los mercados de ajuste.
Con la ejecución del Reglamento de la Comisión, un consumidor no tendrá que esperar dos días para ser informado sobre un consumo anómalo o para darse cuenta de que ha dejado algo encendido por la noche, o que sus placas solares están generando más energía de la que está consumiendo. Con la información en tiempo real, pueden rectificar su consumo o descubrir lo que está pasando de inmediato.
Precisamente, la regulación del 6 de junio de 2023 se enfoca en sistemas que permitan aprovechar de manera eficaz la energía renovable producida por los consumidores. Aquellos que instalen sistemas fotovoltaicos, por ejemplo, podrán beneficiarse de manera más efectiva de la energía que generan. Esto no solo impulsa la autosuficiencia energética, sino que también contribuye al Pacto Verde Europeo al facilitar el uso responsable de fuentes renovables.
Además, es clave si se quiere conseguir que la demanda participe en los distintos mercados de ajuste. Es decir, que, si la distribuidora o Red Eléctrica necesitan bajar o subir el consumo, los consumidores reaccionen. Por un lado, permite avisar al consumidor en función de su consumo actual en comparación con el potencial, permite al agregador conocer cuántos consumidores están respondiendo y enviar o no peticiones a más consumidores y, por último, debería servir para recompensar por estos servicios sin que sea necesario cambiar de contador (que es la mayor limitación actual en el mercado doméstico).
De hecho, la disponibilidad de información en tiempo real a través de redes inteligentes no solo beneficia a los consumidores, sino también a los gestores de las redes. Para ellos, la información en tiempo real mejora la planificación de inversiones y la gestión de la infraestructura, reduciendo los costos operativos y mejorando la eficiencia global.
Por todo ello, desde Feníe Energía estamos muy alineados con este reglamento europeo. Las nuevas normas adoptadas por la Comisión Europea permitirán a los consumidores acceder de manera directa y sencilla a sus propios datos, otorgándoles un mayor control sobre su consumo energético y promoviendo una relación más informada con sus comercializadores de energía.
La transformación de los contadores de luz no solo está marcando un cambio en la tecnología, sino que también está abriendo nuevas oportunidades para un mercado eléctrico más eficiente, transparente y participativo. En Feníe Energía, estamos firmemente comprometidos a desempeñar un papel activo en esta significativa evolución y a seguir liderando la transición energética.
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