Ante una urgencia económica a la hora de poder llegar a fin de mes o querer permitirse un capricho como un móvil nuevo o un fin de semana de vacaciones, los anuncios de empresas de microcréditos parecen tener la solución. Las condiciones parecen ventajosas para conseguir el dinero casi al instante, pero la letra pequeña puede esconder intereses abusivos y usurarios.
El interés de un préstamo es el precio que cobra el prestamista –una entidad financiera o un banco, por ejemplo– al prestatario –la persona que solicita el préstamo– por dar el dinero que se pide. Es una cantidad extra, por lo que es importante saber cuánto se va a tener que devolver.
Entender cuándo los intereses de un préstamo son abusivos o usurarios
Para saber si un consumidor está pagando demasiados intereses por su préstamo, lo primero es entender la diferencia entre los tipos de interés de un préstamo:
Por un lado, los intereses abusivos son los que se dan en la indemnización que el consumidor tiene que pagar por el retraso o el impago de la deuda. Las entidades de créditos rápidos saben que la situación económica de sus clientes no se solucionará a corto plazo y que seguramente tendrán incluso que solicitarles otro crédito para pagar el anterior.
Por otro lado están los intereses usurarios, que son los intereses remuneratorios, es decir, los que están relacionados con el precio que hay que pagar por el dinero prestado. El precio del préstamo se vuelve desorbitado, no solo en cuanto a intereses.
El Banco de España establece el interés normal o habitual de las operaciones de crédito al consumo. También establece el interés legal del dinero, que es el tipo que determina los intereses de demora a pagar en caso de impago o retrasos en el pago. Para valorar si los intereses a pagar son superiores al interés normal del dinero, hay que comprar el TAE fijado en la operación y el interés medio de los préstamos al consumo en la fecha en que se contrató.
Entender cuándo los intereses de un préstamo son abusivos o usurarios
Si bien existe una Ley de la Usura, lo cierto es que existe una falta de regulación respecto a la limitación en los tipos de interés. Incluso el Tribunal Supremo está generando cierta confusión con las últimas sentencias contra las tarjetas “revolving”, por ejemplo. Además, la usura no es un delito en sí misma, pero su práctica conlleva la nulidad del contrato. Es decir, si se demuestra que hay usura en el préstamo, el consumidor quedaría obligado solo a pagar la suma recibida y no la de los intereses abusivos.
Aunque hay que tener en cuenta que, para conseguir anular un préstamo con intereses desorbitados se puede hacer por más motivos que por el tipo de interés. La declaración de préstamo con intereses abusivos no significa solo que el consumidor haya sido engañado, por lo que el contrato puede declararse nulo aunque hubiera prestado un consentimiento libre e informado, firmado por escrito. Ser consciente de la repercusión económica del préstamo no afecta a la declaración de abusividad o usura.
¿Cómo reclamar un préstamo con intereses desorbitados?
Al reclamar un préstamo con intereses abusivos y usurarios, lo que se quiere es anular estos intereses. En caso de que la deuda ya se hubiera pagado en el momento de reclamar, la reclamación pretende recuperar el exceso pagado.
El primer paso es presentar un escrito de reclamación al servicio de atención al cliente de la entidad financiera o del banco, solicitando la nulidad de los intereses por usura y por no ser transparentes en las condiciones del contrato.
Existen varios modelos de reclamación de intereses abusivos. Pero para que la reclamación avance a los siguientes pasos, lo mejor es iniciar el trámite con abogados que sean expertos en reclamar intereses abusivos.
Consulta la noticia original AQUI